Salvando vidas con la química...




Aunque no se organicen conciertos por ella ni figure en el nombre del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la diarrea mata más niños que cualquiera de esas enfermedades. Según las estimaciones de la OMS, la mayor parte (37%) de mortalidad infantil es neonatal; pero después del primer mes de vida, la primera causa de muerte hasta los 5 años son las infecciones respiratorias agudas (17%), seguidas a muy corta distancia por la diarrea (16%, o sea alrededor de 1,4 millones de muertes de niños al año). La malaria (7%) aparece en cuarto lugar, tras otras enfermedades infecciosas o parasitarias (9%); el sida (2%) es la octava causa.

Contra la diarrea en niños de regiones pobres, en las últimas décadas la principal arma ha sido la terapia de rehidratación oral, de la que se han distribuido millones de unidades. Las bolsitas de azúcar y sal para tomar disueltas en agua remedian la deshidratación que acabaría causando la muerte del niño, pero esta terapia no para por sí sola la diarrea. Quizá por la falta de resultados visibles, la rehidratación oral es usada por solo un tercio de las familias en los países más afectados, pese a la distribución masiva de unidades. Así lo cree Eric Swedberg, de la ONG Save the Children: “Las madres no ven que la terapia de rehidratación oral sea un verdadero tratamiento” (Time, 17-08-2009).

En cambio, los suplementos de zinc causan una mejoría rápida y a menudo curan por completo la diarrea al cabo de unos días. El tratamiento normal (20 mg diarios durante dos semanas o menos) cuesta solo 0,30 dólares, cantidad al alcance de prácticamente cualquier familia. Y como los usuarios lo pueden comprar, el suministro puede ser un negocio rentable que se mantenga sin necesidad de ayuda exterior.

La eficacia del zinc contra la diarrea fue descubierta a principios de los pasados años noventa por investigadores norteamericanos de la Johns Hopkins University, que lo experimentaron primero en niños de Nueva Delhi. Comprobados los resultados, se empezó luego a distribuirlo también en otras zonas de la India, así como en Bangladesh, Pakistán y Mali, con donaciones de organizaciones de ayuda extranjeras, oficiales y particulares. Para que esta terapia llegue a extenderse a todos los lugares donde la diarrea causa estragos entre los niños hará falta que la industria privada se meta en el negocio.

Noticia muy murciblogeable: positiva + química + investigación...

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